miércoles, 30 de octubre de 2013

La muerte de la ola

Purificación Puerta López


En las tardes de otoño solo apetece ver cosas de colores cálidos, como las hojas de los árboles caídas en el suelo, las castañas tostándose en los fogones que encontramos por la calle… pero lo último que nos apetece ver es cosas relacionadas con el mar, el verano, y todo lo que nos recuerde a los meses cálidos. Pues en una tarde como la de hoy veintinueve de octubre, lo último que yo quería ver eran conchas de mar fotografiadas expuestas en una exposición.

José Ramón Amondarain nos abre su exposición, la cual se encuentra en la galería Max Estrella, con unas conchas de mar fotografiadas. Cada una representa a un artista del arte contemporáneo, no sé yo por qué la concha de Pablo Picasso es moteada con pintas negras, la veo demasiado seria para un pintor tan alegre y colorido como el malagueño. ¿Por qué la concha de Kiefer es un mejillón? ¿Por qué tenía barba y lo podemos relacionar con los pelos que tiene el mejillón? O ¿Por qué sus obras son tan peculiares que hay que abrirlas para poder sacar el jugo que estas esconden? De eso solo tiene la respuesta Amondarain, el único que conoce por qué asignó cada concha a cada artista.

Al adentrarme en la otra sala vi un gran cuadro pintado al óleo del cual yo extraje un peculiar significado: era como la cera de una vela que se había acabado derritiendo sobre un libro. Podemos ver como el paso del tiempo ha consumido una vela y su cera se ha derramado sobre el libro que estaba leyendo el protagonista. ¿El autor nos querrá reflejar el tema de la muerte? Porque si nos paramos a pensar, las conchas llegan a la orilla después de que la ola muera en el rompeolas, ¿Tendrá esto algún significado en especial para José Ramón Amondarain?

Al seguir paseando por esta sala encontrábamos placas de escayola, en las cuales ponía el nombre de artistas contemporáneos del mundo de la historia del arte. Encima del nombre del artista ponía otra palabra o frase que se formaba con las mismas letras que las que componen el nombre de este, como por ejemplo Dora Maar del cual salía la frase “Dar o amar”. Y la frase que más curiosidad creó en mi interior fue “Tienta Pasion” creada con las letras de Antoni Tapies. ¿Por qué dice el artista que tentemos la pasión? ¿Por qué si no no hay forma alguna de vivirla? ¿Por qué debemos conocer la pasión antes de morir ya que si no no seremos felices? Ahí me quedó la incógnita de por qué esa frase, y creo que nunca se resolverá mi enigma.
Lo que quedaba en esta sala eran objetos muy peculiares, el más sorprendente de todos era un cúmulo de piedra negro situado sobre una vista área del museo Reina Sofía, el artista nos querrá decir que todo el arte se encuentra en este museo y que es duro como una piedra y nadie podrá hacer nada mejor… y otras dos cosas sorprendentes son una vasija pintada en color blanco con una pegatina de verduras y el interior de la vasija pintado en color negro, que si mirabas dentro no veías nada, puede ser un símil del enigma del arte, la ventana de la vida…

Y…por último llegamos a otra sala en la que vemos un cuadro inmenso en el que solo se ven brochazos pero con un cierto significado. Para mí cada “brochazo” es un alma, y como pudimos comprobar todos llevan la misma dirección, como las almas que van a parar al mismo puerto.

UN PASEO POR LA OBSERVACIÓN DE DIFERENTES PAISAJES Y HERRAMIENTAS


CRÍTICA A JORGE BARBI. GALERÍA BACELOS.

UN PASEO POR LA OBSERVACIÓN DE DIFERENTES PAISAJES Y HERRAMIENTAS POR ANA ISABEL MOYA GONZÁLEZ

Jorge Barbi , nació en La Guardia, Pontevedra, España  en 1950. Es uno de los artistas gallegos más internacionales. Comenzó su actividad artística a partir de los años ochenta. Pero hoy en día sigue creando obras de arte, la más reciente la que se expone en el nuevo local en la Galería Barcelos de Madrid, situada en la calle Doctor Fourquet.

Esta exposición es difícil de integrar en las tendencias y estilos del arte español. Por lo que esta aparte de las exigencias del mercado del arte. Barbi usa como método de trabajo (la observación), y crea en el espectador un sentimiento de confusión a la hora de distinguir entre lo que en esta exposición es arte y lo que es naturaleza. El artista parece un científico o un historiador, ya que muestra un gran interés por lo encontrado. Por aquello que nos ofrece la naturaleza, el azar y lo que crea el hombre y así Barbi crea su propio estilo de arte. En la exposición encontramos más de una docena de piezas. Aunque el artista brille en la escultura, se centra mayormente en la fotografía a lo largo del recorrido por toda esta exposición. El artista nos muestra un fotomontaje de fotografías de materiales recogidos hace muchos años. Observar estas fotografías nos da la sensación de estar entrando en un museo de historia en el que se nos muestran, los orígenes del arte. (como si de algo prehistórico y rural a la vez  se tratara).Algunas fotografías están compuestas a modo de mosaicos en las paredes de la galería e integradas cada una por más de treinta imágenes.

En Piezas de Humo, observamos una colección de objetos rudimentarios, la agrupación de estos objetos determina su sentido como si se tratara de signos. El artista para esta ocasión ha seleccionado tres grupos de disposiciones que califica como: producto de necesidad, producto de juego y producto del azar. (Son efectos que se generan en la naturaleza por la intervención humana.). Para catalogar esta exposición diría que es muy sencilla, limpia, que no llama profundamente la atención en extravagancias como el actual arte contemporáneo. La idea de Jorge Barbi es componer un mensaje con su composición reivindicando los orígenes.



Yo coleccionaba conchas y mi madre me las tiraba

Critica de Edgar Cárdenas sobre José Ramón Amondarain Amar Gana

Después de un día de intenso frío abrí las puertas de la galería Max Estrella a una exposicion de José Ramón Amondarain denominada Amar Gana, al entrar y observar a mi alrededor me dio una sensación veraniega, empecé caminando mientras miraba ese conjunto de diapositivas compuestas por conchas y moluscos y al bajar la mirada observe que debajo de cada una había los nombres de tantos artistas conocidos como Bleckner o Duchamp, como si de retratos se tratase, algún tipo de relación entre el artista y ese mundo marino pero sin olvidar esos artistas que han influido a José Ramón Amondarain como Picasso,  homenajeado en su obra Tiempo y urgencia en el 75 aniversario del Guernica. J.R.Amondarain utiliza la fotografía no como una imagen captada por una máquina sino como como él dice “Una técnica pictórica más”

Amondarain juega con el espectador desde el momento de dar el primer paso a la galería, solo necesitas mirar esa puerta transparente de cristal que nos da la bienvenida y ver en blanco su nombre y las palabras “Amar Gana”, curiosamente Anagrama al revés, detalle que te no aprecias hasta entrar en una sala llena de ellas, cinceladas en lápidas, una serie de artistas que Amondarain les da su propia frase, hecha de ellos pero no realizadas por los artistas como “TIENTA PASION-ANTONI TAPIES”. No solo Amondarain dedica su primera exposición en solitario a la escultura y la fotografía si no también a la pintura con dos grandes lienzos en oleo en escala de blancos, grises y negros, admirables, no solo por su contenido si no por su gran realismo visual que a simple vista parece una fotografía de grandes dimensiones. En la misma sala pero solitaria en la pared encontramos una escultura realizada en poliéster verde, escrita en ella J.F.K. y JEFF KOONS, otra vez el autor donostiarra realiza ese juego de palabras que esta vez dan como resultado a dos conocidos estadounidenses (John Ftizgerald Kennedy) político y J.Koons un inversor de wall street y posteriormente artista.

No es verdad que se nos enseñó a buscar la verdad, la bondad y la belleza, pues esa es la frase que dedica Amondarain en una de sus obras “We were taught to look for Truth, Goodness and Beauty” valores que desde la antigüedad de Platón se han ido infundado y que muestra en su obra compuesta por dos imágenes una de un paisaje verde y otra de una anciana, tan diferentes pero ¿por qué no tan iguales?, fijándote en esas dos imágenes además ves el marco que las rodea, gris y lleno de muerte, calaveras que sobresalen como si quisieran dar infundir terror al espectador pero no solo el autor donostiarra muestra esas calaveras, también en otra escultura compuesta por dos calaveras unidas por un candado que recuerda esa frase archiconocida, que puede ser terrorífica, de “Hasta que la muerte nos separe

José Ramón Amondarain nos demuestra que llega a controlar tres grandes técnicas  como son la fotografía, la pintura y la escultura; un artista contemporáneo que ha expuesto en los mayores centros de arte como en la colección Coca-Cola, donde nos mostró también sus hazañas con trabajos vídeo gráficos, hasta pasar por MACA. En mi opinión el artista easonense quiere que el espectador juegue con las obras y que interactúe con ellas, no narrar una historia sino hacer algo diferente, dejar a un lado esa seriedad de la madurez y volver a ese juego de la infancia de ver, tocar y luego pensar y que te llegue a la mente esa exclamación de “ah puede ser…”. Esa sensación de que alguien que no conozco me haga recordar ese pequeño trozo de mi infancia de coger conchas por la playa y de jugar con las palabras, para mí se merece el nombre de artista.

El último canto del pájaro cú

EL ÚLTIMO CANTO DEL PAJARO CÚ

por Sara Rodríguez Canal.

Hace pocos días me dirigía a ver la exposición de Miguel Vilariño en la Tabacalera. Por los alrededores, tanto en tiendas como cafeterías, había decoraciones un tanto provocativas de calabazas, calaveras y telarañas… ¡claro! Es Halloween. Cuál fue mi sorpresa que al entrar en la Tabacalera, todo a mi alrededor me parecía semejante, como un gran casa del terror. Un edificio antiguo, ruidos agónicos, una gran torre de una especias naranjas y una instalación multimedia con calaveras apareciendo y desapareciendo, todo en penumbra, como buena casa de los horrores. Un gran sentimiento de asombro, o miedo, se adueñó de mi cuerpo, no voy a negar que por un momento pensara en salir de aquel lugar.

A primera vista todo parecía relacionado con África, no se muy bien por qué lo vi así. Pero no hay que mirar, hay que ver, y pensar lo que estar viendo. Semanas antes acudí a una fiesta típica India que consistía en tirarse unos a otros pintura en polvo de colores. En toda la India se hace este rito, diferente en algunos lugares, en conmemoración de un mito de dos versiones: en una de ella preside el amor y en la otra la muerte y el sufrimiento. Al recordar aquello entendí que lo que estaba observando era cúrcuma, remedio contra el cáncer y otros males. Ya todo iba cobrando algo más de sentido. Los gritos agónicos de un animal luchando por vivir y una tabla de ajedrez con calaveras pasando de un lado a otro, como jugando a  fúnebres cual romano, jugando con la muerte.

Miradas profundas y penetrantes de animales disecados, como muertos en vida cuya mirada de Gorgona nos deja petrificados ante ellas. Pasar de un hilo o esperanza de vida a la muerte en tan solo tres pasos. Las aves volando pueden ser símbolo de la alegría, la armonía, éxtasis, el equilibrio, y el amor. Un sentimiento de libertad espiritual y psicológica. En este caso sentimos lo contrario. Con herramientas alrededor, mezclando hombre y naturaleza, ambos con un mismo final, con la imposibilidad de cambiarlo.
Tras pasar el periodo de esperanza y agonía, y tras la muerte puede venir la resurrección, tal y como le sucedió a Zagreo, dios griego despedazado y resucitado. Al igual que la antigua cultura griega, nos parece estar en un paraíso fragmentado, es decir, sabemos su existencia y nos maravilla pero no podemos acceder a él. La inmortalidad en sí misma, mezclar vida y muerte, como Perséfone, viviendo en el Hades, siendo reina del inframundo y diosa de la primavera. Al igual que la mezcla de velas encendidas, con calaveras y frutas como la granada. Animales superpuestos en cruces de especias, al igual que cristo clavado en la cruz. Vuelve el color a las imágenes aunque no tardan mucho en desaparecer.

Tras la resurrección vuelve la vida. Realizando obras inmóviles de paisajes que reflejan esa fuerza que solo pueden tener las olas rompiendo contra los acantilados. Esa suavidad de las olas llegando a la orilla. El que este en blanco y negro no quiere decir que sea menos impactante. Hay un mayor contraste entre los elementos. También hay un video en la que podemos apreciar al propio artista en contacto con la naturaleza y con el miso, un acercamiento al espectador en el que se puede apreciar la conexión con la naturaleza que ha estado presente durante el paseo por esta exposición.

No hay que olvidar la obra que le da nombre “seda de caballo”, una gran bola de crin de caballo. Como esta última obra, toda la exposición puede parecer un sin sentido, hasta que ves en vez de mirar.

martes, 29 de octubre de 2013

EL MUNDO DE ENSUEÑO DE JOSÉ RAMÓN AMONDARAÍN



EL  MUNDO DE ENSUEÑO DE JOSÉ RAMÓN AMONDARAÍN 
POR ANA ISABEL MOYA GONZÁLEZ

José Ramón Amondaraín realizó su primera exposición individual, teniendo total protagonismo y centrando las miradas de los espectadores en todas sus obras, a cual más original. 

En la Galería Max Estrella. Aquí expuso sus últimos trabajos, la selección de obras pertenecientes a cuatro proyectos diferentes, que establecen una estrecha relación entre si. Las piezas de arte que en la galería nos encontramos son diferentes creaciones de recortes y esculturas en papel, figuras sobre poliéster, cuadros al óleo y fotografías. Por lo que vemos que abarca un amplio campo en el uso de materiales para la creación de sus obras de arte. Con especial interés por el poliéster y el papel. Todas sus piezas pretenden crear una especie de impacto óptico, surrealista. También podemos observar su magnífica técnica en el uso de la superficie, el trazo y color. (O su interés por el disparate). En mi opinión, relacionaría sus piezas con el arte surrealista, ya que le encuentro parecido con el famoso artista surrealista, Dalí. Pues cuando miramos las obras de arte de Amondaraín no solo vemos un objeto, que nos crea una idea o concepto de representación, sino miles de posibles interpretaciones de este objeto, como si del `método paranoico crítico de Dalí se tratara”. (Habilidad que transmite el cerebro para percibir enlaces entre objetos que racionalmente no se hallan conectados entre sí).

Al entrar en la exposición nos encontramos con una serie de diapositivas de gran tamaño. En las cuales se nos muestra una curiosa relación entre importantes artistas y simples moluscos, conchas o caracolas marinas. Por las características físicas y psicológicas de estos artistas. Esto es interesante, original y da mucho de lo que hablar. La siguiente obra de arte son una serie de lápidas de poliéster con nombres, con las que el artista ha creado anagramas de varios sentidos. (Lo que me recuerda al arte pop). Con estos anagramas intenta llegar al público y crearle diferentes emociones.

También cobra importancia el papel con su original serie de recortes de imágenes y esculturas de papel. Otra importante pieza es la creación de un cuadro dentro de otro cuadro, de una fotografía de una pintura suya. Este efecto óptico crea la idea de algo que se mete dentro de algo como si de otro mundo se tratase, un mundo surrealista. A la pieza que no encuentro nada bella, podría decir sin ningún tipo de especial interés es a la creación de una piedra cúbica, hecha al óleo negro, amasado, que sitúa sobre la imagen del patio del  museo Reina Sofía. Lo cual solo parece un impedimento para ver bien la imagen del patio de este museo. ¿Porque una horrible piedra negra en lugar de una bonita estatua u obra de arte?




Adivina adivinanza

Las puertas de cristal transparentes de la Galería Max Estrella (situada en el centro de Madrid) ya nos permiten ver los primeros pasillos en los que albergan las últimas creaciones artísticas de José Ramón Amondaraín. Esta vez el artista nos invita a jugar, a pensar, a descubrir qué es lo que ocultan sus obras, que a simple vista parece sencillas.

Para empezar, nos da la bienvenida con una colección de numerosas impresiones digitales sobre aluminio de caracoles de mar y moluscos, que a primera vista parecen elementos marinos sin ningún carácter especial. Pero no es así, porque debajo de ellos encontramos los nombres de otros artistas famosos como son Picasso, Leonardo, Matisse o Turner, entre otros. Y es aquí cuando me pregunto, ¿Qué tienen que ver estos autores con unas conchas? Bueno, pues se me ocurrieron varias opciones: o bien, el fotógrafo las ha relacionado con ellos porque quizás los admire, o bien, la forma, la textura o los colores  de los moluscos tiene que ver con la personalidad o con algún rasgo distintivo que caracterice a cada uno de los artistas.
En la sala contigua, me llamó la atención una serie de bloques de poliéster blanco pegados a la pared, en los que estaban grabados de nuevo nombres de artistas, acompañados por palabras que me parecían sin sentido. Pero me di cuenta, de que en realidad el autor jugaba a descifrar palabras mediante esos nombres, por ejemplo: Andy Warhol lo transformó en Hold and War, a Salvador Dalí en Lord Salivada, Dora Maar era Dar o Amar y Antoni Tapiés era Tienta Pasión… y así con algunos más. En la pared contraria, grabado en una especie de mancha verde aparecía solitario el nombre de Jeff Koons el cual tradujo a J.F.K En Foso. Tal vez Amondaraín le tiene más aprecio que los demás y por eso lo ha puesto separado de ellos. Aquello eran a lo que llamamos anagramas, y justamente de esa  palabra ‘anagrama’, viene el título de la original exposición: “Amar Gana”. Era todo un juego de palabras.

En la última estancia, situada al fondo, me impacto un gran lienzo pintado al óleo que daba la sensación de ser una fotografía. Eran como grumos y pinceladas de pintura dadas de forma espontánea, que se habían dejado secar  y habían logrado ese aspecto. En mi mente se discutían todo tipo de interpretaciones, desde pisadas, agujeros de un queso, hasta huellas de dedos.  Hasta que reparé en que a lo que más se parecía era a los cráteres de la Luna. Ya que eran formas de gran tamaño, con profundidad, distribuidas en un espacio dentro de un gran marco irregular.
                                                                                                
Dando mi última vuelta general por allí, me fijé en un candado cerrado que contenía en su interior a dos calaveras. Lo cual me sorprendió ya que no tenía nada que ver con la temática y el contexto de las demás obras. Tal vez José Ramón quería representar con esto, una realidad: que desde que nacemos estamos encadenados a la muerte, ya que tarde o temprano algún día moriremos y nadie podrá impedirlo.


En conclusión, el artista vasco José Ramón Amondaraín nos ha enseñado como es capaz de trabajar con sus tres técnicas preferidas: la pintura, la escultura y la fotografía. Gracias a ello nos ha hecho pasar un buen rato (por lo menos a mí) entreteniéndonos con sus rebuscados juegos de palabras y haciéndonos estrujar nuestra cabeza para adivinar de qué se trataban sus obras, que al principio parecían sencillas, pero que al final han logrado transmitir mucho más.

La muerte marítima

A golpe de toque marino entramos en una exposición llena de unas conchas con un nombre abajo, mientras vas caminando vas relacionando nombres y tus ojos van dirigido al nombre de Picasso, el pintor malagueño y uno de los principales pensamientos que pasa por tu mente es, Pablo Picasso, Málaga, mar y crees relacionar este nombre con el mar, pero es un mero pensamiento sin más porque los demás artistas no tienen relevancia con el mar, otro pensamiento que te puede pasar es el de relacionar la tonalidades de estas conchas con los artistas, como es el caso de Matisse con sus tonalidades rojas en sus obras.

 Antes de entrar a una habitación izquierda hay algo que impacta y es un lienzo grande que parece salir del lienzo como si estas manchas salieran del cuadro, sin hacer más hincapié entras en otra habitación de la que destaco una serie de cuadros con nombres, que a más de uno le sonarán algunos nombres, y descubres que a partir del nombre sacas una frase, y solo pude pensar en el artista creador de estas obras Amondarain y descomponer como el mismo artista hace y formar otro nombre el del artista Mondrian. En esta misma habitación hay otras obras que destacan como el caso de una cadena con unas calaveras a los lados y si lo observamos mejor vemos que realmente es un candado con una cadena, dejándote pensar que es esa condena del hombre a la muerte, esa idea perpetúa de que morirás.

 Siguiendo con el tema de las calaveras continua en otra obra que muestra dos imágenes en un marco con calaveras, algo chocante por el hecho de la aparición de una mujer desnudándose y con una frase impactante que dice en inglés “We were taught to look for Truth, Goodness and Beauty” es como si de repente pensarás que el mundo es bonito y al ver esta obra te choque y pienses en justo lo contrario, es una sensación fría.

 Para finalizar la exposición retomamos la duda que teníamos del lienzo grande que parecía sobresalir, por ciertos momentos parece ser una fotografía pero a mediados que te acercas ves que realmente es un lienzo pintado, a su lado una pequeña torre sostiene lo que vemos en el lienzo unas marcas como si metieras las manos en barros y jugaras con tus dedos dejando estos restos de camino, pero miras al lienzo y ya no es esa idea se te presenta otra de como si todas estas huellas fueran a un lugar en concreto y acto seguido piensas en la idea de espermatozoides luchas por llegar y como algunos en el caso de este lienzo uno, parece que quiere coger otro camino diferente al otro, muchas ideas pasan por tu cabeza pero sin saber realmente cual es, como en muchas obras de arte contemporáneo en esta se nos plantea esta duda de que realmente quería este artista, pero todos los pensamientos son posibles, así es el arte, depende de los ojos que observan pueden llegar a ser espermatozoides como gotas de agua en una ventana que se escurre por el cristal. 

Amondarain, un artista que no solo se centra en un tema en concreto sino que mezcla varios conceptos e ideas, pasando por temas tan marítimos como conchas a temas como la muerte, pero si que encontramos una idea básica y casi presente en la mayoría de obras, los artistas, presente en estas conchas marinas o en estos anagramas, donde juega con artistas. Un artista que se aprovecha de nombres famosos para introducir sus obras y hacerte llamar más la atención.