Por Sara Rodríguez Canal.
Al igual que el héroe que regresa a su hogar tras años batallando, así es el regreso del artista Jorge Barbi a Madrid, donde no exponía desde 1995.
La exposición podría dividirse es dos partes. La primera bajo el título de Humo. Consiste en una serie de fotomontajes, a simple vista de objetos antiguos, oxidados, estropeados con un fondo negro, algunos amontonados y otros separados entre sí, colocados, dejándose ver plenamente. Piezas del pasado que vas acumulando en tu propio orden desordenado, como el estudiante en plenos exámenes finales. Objetos que han podido tener gran significado o el mas mínimo, algo que quieres recordar u olvidar, quien sabe. En ellas podemos ver figuras de humo por los alrededores. Puede ser una manera de comunicarse, como los antiguos indios cuando les separaban grandes praderas. Puede que esas acumulaciones de recuerdos le hagan daño pero no pueda deshacerse de ellas. Volviendo a la imagen del héroe, sintiendo esa frustración o tristeza al llegar tarde a tu misión, a no poder cumplirla, algo que se queda en tu interior, cosas que necesitas sacar pero, en el fondo, ni quieres ni sabes cómo sacarlo, hasta que llega alguien a ayudarte a superarlo o a entenderlo.
De todos modos, estos objetos, tenga mucho significado o no para su dueño, acabarán desapareciendo, siendo vendidos o perdidos. Poco a poco olvidados como nosotros mismos.
En la segunda parte se encuentran unas series fotográficas bajo el nombre de “Producto de la necesidad, Producto del juego, Producto del azar”. ‘Welcome to Paradise’ amantes de la naturaleza a este extraordinario espacio en el que naturaleza, ser humano y azar se unen en una danza que es capaz de dejarnos perplejos.
Hace una división de los grupos de imágenes. Por un lado están los paisajes que uno se puede encontrar, por otro, paisajes en los que el hombre ha tenido algo de influencia y, por último, paisajes en los que ha tenido una gran mano la casualidad, el azar, y se han creado unas sorprendentes figuras o siluetas, entre otras.
Con estas imágenes entré en una verdadera confusión, pues si no llega a ser por el título, más de una obra pensaría que no correspondía a lo que se hablaba. Me explico, en muchas de las imágenes de azar parece que la intervención del hombre es presente y necesaria para que esa “situación” sea posible.
El ver estas tres últimas obras me ha hecho replantearme muchas cosas, he subestimado todo esto mundo de arte tan difícil de entender para mi, desde mi punto de vista. ¿Cómo sería yo capaz de ver tales figuras en arena, árboles y otros elementos paisajistas? ¿Será algo que se encuentra por azar o hay que ir buscando? ¿Fotografías esos sucesos o te das cuenta después? Muchas veces si vuelves a revisar fotografías que has hecho o te han hecho, puedes ver cosas nuevas, no ha este nivel, pero para mí es algo similar, un modo de intentar entenderlo.
Se nota a la legua que soy una amante de la fotografía, a lo mejor de ahí mi gran admiración ante todo esto. Un simple paso a un lado o a otro puede cambiar desorbitadamente el resultado de la imagen. Es necesaria una exactitud, imaginación y paciencia mágicas.
En conclusión, lo que creo que Barbi intenta expresar es la cercanía de ambos mundos, el del hombre y el de la naturaleza, y cómo el hombre puede intervenir en él pero no puede controlarlo. Puede aprovecharse de él pero siempre seremos inferiores, borrosos, como una cortina de humo.